La sexualidad en el budismo o por qué es una religión cada vez más extendida

Publicado 11 octubre, 2017 por admin
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Acostumbrado a la visión tan restrictiva y puritana que el catolicismo ha tenido y tiene sobre el sexo y la libertad sexual, resulta sorprendente conocer como otras religiones tratan el tema. Tras repasar el cristianismo y el islam en la historia, es el turno del budismo. No te lo pierdas.

El budismo, los fieles y los monjes

La concepción que el budismo tiene sobre el sexo y la moral es mucho más sencilla y abierta que otras grandes religiones, aunque, al igual que estas, el clero debe abstenerse, mientras que los fieles deben vivir conforme a cinco sencillos preceptos.

  • Respetar la vida.
  • No tomar lo que no nos ha sido dado.
  • Tener una conducta sexual correcta que no sea dañina con otros o consigo mismo. No solo en el plano físico, también emocional o espiritual.
  • No hablar de manera dañina, mentir, rudeza en el lenguaje, ostentación, cotilleo o charla vana.
  • No tomar intoxicantes que puedan alterar la mente y pongan en riesgo el romper los otros preceptos.

Los monjes, en cambio, están sujetos a un total de 250 normas de disciplina, siendo el celibato una de las más importantes del Vinaya-pitaka. Curioso es que las monjas deban cumplir 348 reglas, casi 100 más que los hombres.

En cualquier caso, para la religión budista el sexo no es algo sucio ni perjudicial, al contrario, forma parte fundamental de la vida. Es bueno y placentero tanto para el cuerpo como para la mente. Y no solo eso, es un deber sagrado tanto para hombres como mujeres, considerándose la abstinencia como una actitud no positiva, salvo para el clero.

La homosexualidad

El budismo no condena la homosexualidad, sino que la acepta en libertad a la vez que exige a sus fieles el máximo respeto. Incluso acepta monjes homosexuales, entendiendo que el cumplimiento de las reglas y el camino de buda no entiende de orientaciones.

Ninguna escuela budista consideró la homosexualidad como impropia hasta el siglo XVII, cuando la occidentalización se hizo más acusada. En muchos documentos antiguos se describe como ciertos jóvenes se comportaban como geishas masculinas y yacían con hombres. También entre samuráis, donde ciertos pupilos se entregaban a los maestros, algo que recuerda mucho a los efebos de la antigua Grecia.

El matrimonio, adulterio y prostitución

Una de las mayores diferencias con respecto a otras religiones es que en el budismo no existe ningún tipo de ceremonia matrimonial. O al menos existía, ya que con la llegada del pensamiento occidental se empezaron a celebrar siguiendo el rito sintoísta. Tampoco existe oposición en el Canon Pali a la unión de personas del mismo sexo.

Lo que sí está muy mal visto es el adulterio, ya que se entiende que este comportamiento provoca un gran dolor en la otra persona y que para realizarlo debe emplearse la mentira, violando así dos preceptos.

La prostitución no está mal considerada, siempre que se realizará en completa libertad. La posesión sexual de prisioneras siempre estuvo muy mal visto, ya que cualquier forma de violencia o explotación atenta contra los preceptos.

Shravasti Dhammika expresa con total rotundidad que las prostitutas nunca deben ser mal vistas por la sociedad, ni humilladas o tratadas mal dentro del budismo. Como personas son dignas y merecen respeto.

Sí que se distingue entre quien ejerce ejerce la prostitución por necesidad (bien visto) o por codicia, opción perniciosa que genera mal karma al considerarse una manera fácil de hacer dinero.

Aunque las prostitutas, como cualquier otra persona en el budismo, merecen respeto, hay sectores que rechazan la prostitución, al considerar que esta atrae muchos males y vicios del ser humano.

Líneas rojas

A pesar de su concepción abierta sobre el sexo, el budismo tiene una opinión muy crítica y negativa ante cualquier conducta sexual que infrinja daño a otra persona. No hablamos del sadomasoquismo, admitido mientras sea consentido, ya que se refiere más a dolor espiritual que físico.

Así pues, se considera aberrante cualquier situación sexual en la que uno de los integrantes no pueda responder con libertad física o mental, así como la violación, la pedofilia, el abuso sexual y, en especial, la zoofilia. También el incesto, sobre todo si se ejerce con menores.

Respecto al aborto, se explica que debería ser evitado, aunque se acepta si hay riesgo para la madre y no supera las seis semanas de concepción. Eso sí, no hay problema en usar anticonceptivos, ya que el disfrute sexual y la procreación debe estar bajo la voluntad de cada uno.

Esperamos que este breve repaso por los preceptos del budismo y su opinión respecto al sexo te haya resultado interesante. Nos dejamos muchas cosas en el tintero, ya que las distintas corrientes del budismo, en especial el budismo tántrico, bien darían para escribir un libro.

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