Mujeres son encarceladas en Afganistán por no ser vírgenes

Publicado 10 octubre, 2018 por admin
mujer afgana
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Aunque un informe internacional de salud ha dejado muy clara la necesidad de cesar las pruebas de virginidad a la mujer afgana, éstas no han cesado todavía. Este es el caso de Afganistán, donde se llevan a caso dichos tests de manera recurrente. Pero no solo eso, sino que el resultado negativo del mismo es castigado con prisión.

Este es el caso de Bahara, una joven de 18 años a la que condenaron a prisión por suspender dicho examen. Su historia empieza en el momento en que se fugó de casa con un hombre al que había conocido a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto. Este hombre violó a Bahara la misma noche en que se conocieron.

Cuando ella fue a denunciar lo sucedido la policía no la escuchó. Es más, lo primero que hicieron fue obligarla a realizar un examen para comprobar su virginidad. Esta práctica está teóricamente prohibida en este país, y aún así la llevaron a cabo sin el consentimiento de la víctima. 

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La situación de la mujer afgana

Aunque los exámenes de virginidad no estén permitidos en Afganistán, es alarmante la cantidad de ellos que se siguen haciendo. Incluso en casos en los que, como el de Bahara, es evidente que saldrán con resultado negativo. El castigo a este resultado es muchas veces la cárcel, y esto fue lo que le ocurrió a Bahara.

El alegato hacia estas mujeres es la “criminalidad moral”. Si una mujer desobedece la ley marcada por el estado patriarcal se convierte inmediatamente en criminal. Es decir, que seguir la voluntad propia de huir de casa constituye un delito. Lo mismo ocurre cuando una mujer es violada. Aunque ella sea una víctima, es considerada la culpable de su violación. Por este motivo puede ser condenada a cárcel y compartir condena con personas que han cometido delitos tales como asesinato.

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Pero todavía hay esperanza, y es que hay un gran movimiento de asociaciones a favor de la salud pública que están en contra de la práctica de exámenes de virginidad. Su meta es que se prohíban a nivel mundial estas prácticas en los hospitales y clínicas privadas. Este test se ha condenado como degradante y discriminatorio. Y aunque fue ya prohibido a nivel nacional en 2016, hay muchos centros de salud en los que todavía se llevan a cabo.

Además, en la prisión Mazar-i-Sharif hay una terapeuta que busca proporcionar un tratamiento a todas las mujeres víctimas de estas circunstancias. Esta terapeuta forma parte de la asociación internacional Marie Stopes, que se encarga de la lucha por las mujeres a tener voz sobre su propio cuerpo. El gobierno sueco coopera también con esta organización y juntos están luchando  para que esta ley sea realmente aplicada y respetada.

Encarcelamiento por suspender el examen de virginidad

Las sesiones de terapia psicológica en esta prisión se llevan a cabo dos veces por semana. Este espacio constituye una oportunidad para que las mujeres puedan compartir sus sentimientos y experiencias en prisión. Allí pueden desarrollar lazos de apoyo y confianza, así como diseñar su futuro.

El problema viene después, ya que una vez estas mujeres salen de la cárcel son vistas como criminales y señaladas por toda la sociedad. La propia Bahara afirma que tiene miedo de lo que le pueda pasar cuando salga de prisión. Del mismo modo, muchas otras mujeres sienten que estar entre rejas les proporciona una seguridad que en la calle les faltará.

El miedo de muchas de estas mujeres es ser señaladas por la calle y que su familia haya sido condenada a un estigma irreversible por su culpa. De hecho algunas hasta temen por su propia vida, porque cabe la posibilidad que su padre las termine asesinando por el delito al que han sido condenadas.

Del mismo modo, el hecho de ser acusadas públicamente de no ser vírgenes es un miedo constante en de las chicas afganas. La sociedad considera que para demostrar su virginidad, una mujer ha de sangrar después de su noche de bodas. Pero estudios científicos han demostrado que el sangrado no implica la existencia del himen, del mismo modo que el sangrado tampoco supone su presencia.

Pero esta creencia continúa viva e impregna la sociedad. De este modo, cuando una mujer no sangra en su noche de bodas, el marido tiene derecho a devolverla a su familia como si de un objeto defectuoso se tratara. Esto hace que muchas chicas vírgenes sufran por esa noche, ya que nada les asegura que realmente vayan a sangrar.

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